Hoy entrevistamos al doctor Carlos Chiclana, médico, psiquiatra y psicoterapeuta acreditado por la Escuela Española de Psicoterapia. Preside la Asociación de Psicoterapia Cognitivo-Analítica de España: www.apcae.org
¿Qué es la psicoterapia cognitivo-analítica (PCA)?
Es una terapia integradora, breve, limitada en el tiempo y focal, que fue diseñada por Anthony Ryle para el sistema público del Reino Unido en los años 1980. Se fundamenta en el self relacional y dialógico. La persona “es y es en relación”, tanto con sus diferentes yoes como con el resto de gente.
Metodológicamente, aplica el análisis personal con el fin de aumentar la conciencia de los procesos y estados mentales que se activan en cada persona ante determinadas circunstancias; las trampas, dilemas y pegas que podemos encontrar para el cambio; los esquemas mentales que perpetúan nuestros sufrimientos; los roles recíprocos que perpetúan patrones disfuncionales de comportamiento; la reformulación de todo este contenido y el diseño de nuevos procedimientos de rol que faciliten el cambio, la modificación de los estados mentales y el diseño de nuevas estrategias de adaptación.
La PCA se ofrece principalmente en terapia individual, pero también se puede utilizar eficazmente con parejas, en grupos y para ayudar a los equipos a comprender el «sistema» en el que trabajan, un enfoque llamado «reformulación contextual».
Intenta centrarse en lo que la persona trae a terapia («problema principal”) y los patrones más profundos de relación que subyacen a ellos. Está menos preocupada por los síntomas psiquiátricos tradicionales, síndromes o etiquetas. Todo esto se hace de manera colaborativa terapeuta-paciente, a la vez que se trabaja con lo que ocurre durante la relación terapéutica y con una acción directiva por parte del terapeuta.
¿En qué situaciones resulta más indicado aplicarla?
Se ha utilizado ampliamente para ayudar a las personas que han sufrido abuso físico, emocional o sexual en la infancia, negligencia y trauma, incluidas las personas que se autolesionan. Se utiliza con personas que padecen trastornos de la personalidad, alimentarios, problemas de adicción (como drogas y alcohol), problemas obsesivos, ansiedad, depresión, fobias, psicosis y trastornos bipolares.
¿Hay estudios previos de su aplicación en profesionales de la salud?
Sí, hay estudios que indican que aumenta la cohesión del equipo ante situaciones difíciles, reduce la incidencia de burnout y mejora la implicación de los pacientes en su tratamiento.
En una situación excepcional como la actual, ¿qué intervenciones de la terapia cognitivo-analítica pueden resultar de ayuda para los profesionales de la salud?
La PCA no es una “terapia de trinchera” ni para intervención en emergencia inmediata, pero sí que podemos aprovechar varios de sus componentes de ayuda.
Brevemente, señalaría dos:
- Reflexionar sobre quién soy y qué voy a hacer ese día en mi trabajo, por qué elegí mi profesión y cómo puedo activar esa identidad en este día tan complejo en el que estoy tan preocupado y cansado. De esa forma activo una parte de mi yo que será más saludable. Puedo ir a trabajar con esa parte de mi yo que es capacitador, colaborador, cuidador de uno mismo y de los demás. Así daré la batuta de mi self polifónico a esa parte de mí mismo más capacitada para dirigir en momentos de crisis como el actual y activar estados mentales más saludables.
- Focalizarme en lo relacional y detectar estrategias que puedan servirme para reducir el estrés, estar más colaborativo, dejarme ayudar y generar sinergias. Puede ayudar elegir el rol en el que quiero estar durante el trabajo: colaborador, cuidador, atento, sereno. También puedo considerar previamente estímulos (alguien que está tenso, cansado, que se queja, que me exige, que me grita) que sé que van a activarme roles recíprocos que no ayudan (peleando, exigiendo, combatiendo, huyendo) y puedo preparar estrategias para evitar que se me active ese rol y buscar otro más útil y que funcione en momentos de tensión. Por ejemplo: cuando alguien me active la ira y me den ganas de enfrentarme a él, puedo buscar una respuesta incorporada que me permita evitar el conflicto y buscar la colaboración, algo así “Estamos en el mismo barco, ¿en qué puedo ayudarte? ¿me puedes ayudar con…?” y evito entrar en un procedimiento de pelea y no soluciones.
Como psiquiatra con amplia experiencia clínica más allá de la terapia cognitivo-analítica, ¿qué cree que puede sernos de más ayuda a los profesionales de la salud en estos momentos?
Sugiero lo siguiente:
- Cuidarse en la medida que se pueda dentro de las circunstancias laborales, familiares y personales de cada uno:
- Respetar el equilibrio entre las horas de trabajo y las horas libres.
- Mantener las horas de sueño suficientes.
- Guardar un orden y un equilibrio en la alimentación.
- Hacer algo de ejercicio físico adaptado a las actuales circunstancias.
- Buscar un rato de descanso para desconectar: podemos dedicarlo a cultivar alguna afición o alguna actividad que nos permita poner la cabeza en otra tarea.
- Estar un rato respirando conscientemente y, si podemos, al aire libre (abriendo la ventana o saliendo a la terraza o jardín, si se dispone de esta alternativa).
- Mantener las relaciones sociales, aunque sea por tiempo breve y online.
- Descansar, en el tiempo fuera del trabajo, de la actividad clínica / información sobre el COVID / estudio / servicio y ayuda a otros compañeros: para que después el tiempo que nos corresponda estar en primera línea, estemos lo mejor posible.
- Como decíamos antes, a algunos nos puede ayudar rememorar por qué elegimos nuestra profesión y activar esa vocación de servicio y ayuda que ahora nos puede mover y motivar más que en otras ocasiones.
- Apoyarse en los demás, pedir ayuda, no ir de superhéroes sino de personas que tenemos energía, vocación de servicio como profesionales de la salud y que estamos intentando dar lo máximo, pero que también tenemos limitaciones, nos cansamos y necesitamos apoyarnos en otros compañeros y en la familia.
- En la última reunión de la Asociación Psiquiátrica Americana (APA) se presentó un pequeño estudio que indicaba que llevar un “Diario de Gratitud” mejoraba la salud mental de los médicos y prevenía el burnout. Es probable que en estos días tan difíciles también recibamos ayuda, detalles, servicios, etc. por los que estar agradecidos. Sugiero también llevar un “Diario de Satisfacción” para recoger el día con todas aquellas acciones que hemos hecho de las que estamos orgullosos y satisfechos. Aunque haya habido otras que no hayan salido bien o que nos han enfadado, guardemos en nuestra memoria la satisfacción por el bien realizado y la gratitud por el bien recibido.
¿Y a la población en general?
Sugiero una metáfora, y es la de ponerle cuatro ruedas al coche para que este pueda andar. ¿Cuáles son las cuatro ruedas? Biología, Psicología, Actitud, Entorno.
A.- Biología:
1.- Tener un horario con rutinas: fijar una hora de levantarse y acostarse y distribuir los tiempos con las diferentes tareas a realizar ese día.
2.- Ducharse y vestirse para vivir ese día bien.
3.- Cuidar la alimentación y la nutrición. Ahora se puede cocinar con más tiempo, comidas más ricas y mejor elaboradas. Tener un horario de comidas para facilitar al cuerpo la regulación y el equilibrio del metabolismo.
4.- Salir al aire libre si se tiene la suerte de tener terraza o jardín. Exponerse al sol o al menos exponerse a la luz natural para facilitar la regulación del ritmo circadiano.
5.- Hacer ejercicio físico todos los días: andar por casa, tablas de ejercicios, pilates, baile, zumba, etc.
6.- Desarrollar actividades creativas, que estimulen al sistema nervioso: pintura, escritura, música, manualidades, etc.
B.- Psicología
1.- Dedicar un tiempo por la mañana a reflexionar sobre cómo quiero que sea mi día hoy, en qué me voy a focalizar, con qué actitud quiero vivir. Elegir libremente cómo quiero vivir hoy y dirigir yo mi vida.
2.- Potenciar las relaciones sanas en reciprocidad. Ayudar y dejarse ayudar. Cuidar y ser cuidado. Animar y ser animado.
3.- Comunicar las emociones que tengamos.
4.- Quien necesite una ayuda profesional externa, dispone de acceso a ayuda online, así como de guías y ayuda. En este enlace puede descargarse una guía interesante.
C.-Actitud
1.- La actitud personal con la que se emprende cada día puede servirnos para estar mejor, más serenos y mejor cuidados.
2.- Actitud para tener el día ocupado, enriquecerse, servir a los demás, ayudar a otros, agradecer lo que se recibe, etc., favorecerán un mejor estado personal.
3.- Actitud optimista que ayude a considerar qué puedo aprender de la vida en estos días; qué tareas para las que no tenía tiempo puedo desarrollar ahora, qué puedo estudiar / aprender / mejorar en estos días; cómo puedo servir a los demás estos días; cómo puedo desarrollar un slow-way of life aprovechando las circunstancias que me obligan a ello.
4.- Servirá de mucho tener la firme intención de no quejarse, procurar sonreír y hacer comentarios agradables.
5.- Disfruta ahora de pequeñas tareas que echas en falta cuando estás sometido al ajetreo de la vida (un baño largo, cocinar con tiempo por delante, leer libros largos).
6.- A algunos puede servirles anotar ahora todo eso que echas en falta y a lo que no dabas demasiada importancia, y luego lo disfrutarás mucho más.
D.- Entorno
1.- Ayudará diseñar y disponer, en la medida que se pueda en casa, de diferentes ambientes para diferentes actividades (aunque a veces sea sólo un cambio de silla, de orientación en cómo estoy sentado, de baldosas dentro de una misma habitación o de orden en la sala) y así generar el espacio del trabajo, el de la comida, el del descanso, el del ejercicio físico, etc.
2.- También puede ayudar tener momentos de estar en común compartiendo, y momentos de estar solo, y acordar entre los que viven en una misma casa esos horarios de respeto al tiempo en soledad; así se puede descansar también. En las familias con hijos que requieren atención, los cónyuges pueden distribuirse tiempos para “descansar” de los hijos y turnarse.
3.- Y es muy necesario limitar el tiempo de acceso a noticias y acudir sólo a fuentes fiables.
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