El Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (OEDT) publica anualmente un informe cuya finalidad es ofrecer una visión de conjunto y un resumen de la situación europea en materia de drogas. De hecho, la nueva estrategia de la Unión Europea (UE) en materia de lucha contra la droga 2021-2025, propugna que ésta debe basarse siempre en conocimiento contrastado empíricamente y transmitirse así a las instituciones implicadas y a los ciudadanos.
El último Informe Europeo de Drogas (IED), fechado en 2022, ofrece datos del año anterior. La producción y el tráfico de drogas se adaptaron con notable rapidez a las restricciones que se impusieron durante la pandemia y no tuvo lugar, en líneas generales, una importante alteración en la oferta. El mercado aceleró, durante la pandemia, su proceso de “digitalización” pero bien es verdad que los recursos terapéuticos especializados también fueron capaces de adaptarse a las nuevas circunstancias y se implantaron nuevas formas de atención telemática o mixta (presencial-telemática) para quienes solicitaban ayuda.
Según el mencionado informe, se estima que alrededor de 83,4 millones (29%) de adultos entre los 15 y los 64 años residentes en Europa han consumido drogas ilegales en algún momento de su vida. Es más frecuente en hombres (50,5 millones) que en mujeres (33 millones).
El cannabis sigue siendo la sustancia más consumida, con más de 22 millones de adultos europeos que declararon haberlo consumido en el último año. Los estimulantes son la segunda categoría notificada con mayor frecuencia. Se estima que el último año consumieron cocaína 3,5 millones de adultos, MDMA 2,6 millones y anfetaminas 2 millones. Alrededor de un millón de europeos consumieron heroína u otro opioide ilegal en el último año.
Motivos principales de reflexión del informe sobre el consumo de drogas ilegales:
- Pese a los esfuerzos de interceptación, el mercado europeo de la droga se caracteriza por la disponibilidad generalizada y creciente de una gran diversidad de drogas de pureza o potencia cada vez más altas.
- Las pautas de consumo son cada vez más complejas y los consumidores tienen opción de acceder a un mayor número y variedad de sustancias. Esto comporta nuevas amenazas para la salud, tanto por los efectos debidos a las nuevas sustancias como por las interacciones que se producen al combinar varias sustancias.
- En cuanto al cannabis, van apareciendo nuevas variantes (cannabinoides sintéticos), procedentes de fuera de la UE, y también cambia también la forma de consumirlas (como, por ejemplo, con los e-líquidos o las papelinas impregnadas). Son motivo de preocupación tanto la disponibilidad de productos de elevada potencia como cuál debe ser la respuesta ante los productos de bajo contenido en THC.
- Las incautaciones de cocaína de los últimos años y los análisis de aguas residuales apuntan a una expansión de la oferta y consumo en la UE. Además, la pureza de la cocaína ha ido aumentado en la última década, como también, en el último lustro, han aumentado las personas quehan iniciado tratamiento para dejarla.
- Se observa un aumento en la producción y tráfico de metanfetamina y resulta preocupante el aumento del contenido medio de MDMA en los comprimidos y de la pureza de los polvos que se ofertan. El aumento de la diversidad en el mercado de las drogas también se pone de manifiesto por la disponibilidad y el consumo de catinonas sintéticas no controladas, que se venden como alternativas a los estimulantes controlados. A finales de 2021, el OEDT vigilaba 162 catinonas, lo que las convertía en la segunda categoría más importante de nuevas sustancias psicoactivas supervisadas por el Sistema de Alerta Temprana de la UE, después de los cannabinoides sintéticos.
- Otras sustancias, como el LSD, el DMT, los hongos alucinógenos, la ketamina y el GHB, ya disponibles en Europa, están sometidos a menor vigilancia, lo que limita la comprensión necesaria sobre las modalidades de consumo y su impacto en la salud pública. Sin embargo, sí se sabe de los riesgos crónicos asociados al consumo de ketamina y de los que tienen lugar en pautas de consumo más intensivas, en las que además de GHB aparecen catinonas y otros estimulantes, como es el caso del Chemsex.
La globalización y las drogas ilegales
La globalización ha tenido un impacto notable en la innovación del tráfico y producción de drogas. Los cambios en cuanto a la regulación de la producción y comercialización de drogas a cargo de distintos regímenes políticos en el mundo, la rapidez con que se modifican las vías de comercialización y acceso a las sustancias, la creciente variedad de las mismas, los cambios en la pureza y/o potencia de las drogas ofertadas, y las complicaciones asociadas a pautas de consumo más complejas, tanto por lo que respecta a la combinación de sustancias como a los contextos en los que tienen lugar, deben ser tenidas en cuenta a la hora de elaborar estrategias de prevención y tratamiento de las adicciones a drogas ilegales en nuestro entorno.
Y, más allá de la adaptación de los recursos asistenciales a las nuevas circunstancias, sigue siendo perentorio ampliar la oferta de servicios de tratamiento para las personas con problemas adictivos.
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