Se denomina chemsex al consumo de sustancias de perfil estimulante asociadas a la práctica de sexo en la población de “hombres que tienen sexo con hombres” (HsH).
La aparición de internet y las redes sociales ha supuesto un cambio sustancial en la forma de relacionarse de la población HsH. Actualmente, las aplicaciones de contactos con geolocalización (Grindr, Wapo, Scruff, etc.) permiten planificar relaciones sexuales entre una o varias personas de manera prácticamente inmediata. Gracias a las nuevas tecnologías, es posible contactar con personas próximas interesadas en tener sexo en pareja o en grupo, decidir las sustancias que se consumirán y los proveedores que las suministrarán.
La motivación principal del consumo de sustancias como las metanfetaminas (entre ellas, las catinonas, la más conocida de las cuales se denomina “tina” en el argot) es, en este caso, aumentar la duración de las prácticas sexuales y las sensaciones percibidas gracias al consumo. Así, la intoxicación favorece la desinhibición y al mismo tiempo facilita la superación ficticia de algunas dificultades personales: baja autoestima, malestar emocional, percepción devaluada de la autoimagen corporal, estigma asociado a tener el VIH o no aceptación de la orientación sexual. En ocasiones, puede relacionarse también con haber vivido situaciones vitales adversas, como abusos sexuales en la infancia.
Por otra parte, el chemsex puede proporcionar al usuario un contexto sexual en el que tiene acceso a una sensación de libido aumentada y duradera, vence inhibiciones y se atreve con experiencias sexuales que hasta entonces se censuraba o a las que no tenía acceso.
PERFIL DEL USUARIO DE ‘CHEMSEX’
El usuario de chemsex muy difícilmente se asemeja al perfil de usuario habitual que acude a los recursos terapéuticos para adicciones. En este caso hablaríamos, a grandes rasgos, de varones homosexuales con un entorno sociofamiliar y un estatus laboral y económico estables. Generalmente no tienen antecedentes de problemas por uso de sustancias, y su consumo actual de sustancias suele limitarse a las relaciones sexuales.
CONSECUENCIAS NO DESEADAS DEL ‘CHEMSEX’
El contacto del individuo con las sustancias y su participación en las sesiones va evolucionando desde un consumo inicialmente experimental u ocasional hasta desembocar, si dicho consumo se mantiene en el tiempo, a la incapacidad de disfrutar del sexo sin que medien esas sustancias, además de presentar sintomatología abstinencial en ausencia de las mismas. En línea con otras adicciones, se considera que se ha desarrollado un trastorno cuando el consumo provoca un deterioro en diversos ámbitos vitales del sujeto y éste se ve incapaz de detenerlo por sí mismo pese a las consecuencias adversas que esto comporta.
Respecto a la salud mental, el consumo simultáneo de diferentes sustancias con efectos a menudo contrapuestos aumenta el riesgo de toxicidad aguda (psicosis paranoide, estupor, arritmias, etc.) y, de forma crónica, se asocia a diversos problemas psicológicos y psiquiátricos. También aumenta considerablemente el riesgo de padecer infecciones de transmisión sexual, puesto que la desinhibición contribuye a descuidar los métodos de prevención. En los portadores del VIH, la existencia de problemas derivados del chemsex puede influir en la adhesión al tratamiento antirretroviral u otros tratamientos médicos.
TRATAMIENTO
La petición de ayuda suele venir motivada por las consecuencias negativas del consumo: absentismo laboral, aislamiento social, deterioro físico, bajo estado de ánimo, etc.
Durante el proceso terapéutico, que debe ser interdisciplinar, resulta clave facilitar la adquisición progresiva de actividades alternativas al chemsex. Es muy importante aprender a identificar sensaciones o situaciones que preceden al consumo y generar nuevas estrategias de afrontamiento. Paralelamente, se abordan distintos aspectos relacionados con la historia vital del sujeto, muchos de ellos relacionados con la aceptación de su orientación sexual (rechazo familiar, bullying, mobbing, homofobia interiorizada, habilidades sociales precarias, etc.).
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