Dr. Juan José Dapueto
Médico internista y psiquiatra. Exprofesor de Psicología Médica, docente honorario de la Escuela de Graduados – Facultad de Medicina, Universidad de la República Uruguay. Doctor en Ciencias Médicas. Integrante del Sistema del Sistema Nacional de Investigadores – ANII.
Coordinador del Programa de Bienestar Profesional del Colegio Médico del Uruguay.
En primer lugar, ¿cómo ha ido evolucionando la situación epidemiológica de la pandemia por COVID-19 en Uruguay desde que se declarara el inicio de la pandemia a nivel global a principios de 2020 hasta estos momentos?
La evolución de la pandemia en Uruguay tuvo un curso distinto al de otros países latinoamericanos. El primer caso fue reportado el 13 de marzo de 2020 a partir de una persona proveniente del exterior que concurrió a un evento social muy numeroso. El país esperaba desde hacía semanas esta posibilidad teniendo en cuenta las noticias que llegaban de Europa y de otros países de la región. De alguna manera, el factor sorpresa no operó con la misma fuerza que en países como Italia o España. A partir de ese momento, el gobierno declaró la emergencia sanitaria y se tomaron medidas de cierre de actividades. Se interrumpieron todos los espectáculos públicos, los eventos sociales y deportivos, los gimnasios y centros recreativos y las reuniones públicas; se cerraron todas las instituciones de enseñanza que comenzaron con cursos virtuales; se cerraron los centros comerciales, los restaurantes y bares solo trabajaban por envíos a domicilio, y se mantuvieron en forma presencial sólo las actividades imprescindibles. Se restringieron los viajes y se cerraron las fronteras.
A diferencia de otros países, no hubo restricciones coercitivas a la movilidad de las personas tales como toque de queda o confinamientos obligatorios, pero el mensaje de “quédate en casa” fue muy contundente, tanto desde el gobierno y desde los medios, como del sector sanitario y de la sociedad civil. Esta situación se mantuvo, con una apertura progresiva, hasta el mes de junio, en que progresivamente se fueron abriendo las actividades hasta llegar a una vida casi normal hacia el mes de noviembre. Como muestran los Gráficos 1 y 3, hasta el mes de diciembre el índice P14 (promedio de nuevos casos en los últimos 14 días por 100.000 habitantes) se mantenía en la zona verde, con 53 muertes por millón (un total aproximado de 180 casos) y 5.500 casos confirmados por millón.
Este desarrollo “atípico” de la pandemia, en la que parecía que el país le estaba ganando a la pandemia, llamó la atención, tal como se muestra en una publicación del BMJ1.



Gráfico 3

Gráfico 4
A partir del mes de diciembre de 2020, la situación epidemiológica cambió drásticamente, con un rápido aumento de casos en forma de una ola con tres picos, a mediados de febrero, a mediados de abril y durante el mes de junio, y con un descenso pronunciado a partir de julio, de manera que en los últimos días el país ha llegado a la zona amarilla del P14. En mayo y junio, el país registró el número de muertes per cápita más alto del mundo.
En cuanto a las causas del ascenso pronunciado, mediaron factores geográficos, biológicos y socioculturales2.
- Factores geográficos: Uruguay se encuentra entre dos países, Argentina y Brasil, con muy altas tasas de infección por el virus, y Brasil es uno de los países del mundo con mayor mortalidad por COVID-19. Uruguay tiene una extensa frontera seca con Brasil, con ciudades binacionales en las cuales el control de los viajeros es prácticamente imposible.
- Factores biológicos: La rápida diseminación en la región de la variante SARS-CoV-2 P1 o Gamma, que ha mostrado una muy alta contagiosidad y mayor letalidad en personas más jóvenes.
- Factores socioculturales: El aspecto sociocultural y comportamental ha concitado interés de los científicos sociales y de la salud mental: las personas, durante los meses de verano y durante las vacaciones, se han comportado subestimando la gravedad del virus y han relajado las medidas de distanciamiento social.
Por otra parte, la población ha depositado una gran confianza y adhesión a los planes de vacunación y esto sin dudas ha incidido en la drástica disminución de casos y muertes del último mes, pese a que el aumento de la movilidad y la normalización de las actividades ha seguido adelante. Se comenzó a vacunar en la última semana del mes de febrero y hoy en día Uruguay tiene un 60 % de la población vacunada con dos dosis y 70 % con una dosis. Se ha comenzado a vacunar a la población de adolescentes y jóvenes y se está considerando administrar una tercera dosis con una plataforma de vacuna diferente, tal como se ha planteado en otros países. Según las autoridades, los ingresos en terapia intensiva y la mortalidad en las personas vacunadas cayeron un 92 %. Pese a estos buenos resultados, la preocupación de las autoridades y los científicos está puesta en la llegada de otras variantes, en especial la Delta, que ya entró en el país al aumentar los viajes al exterior.
¿Cómo se ha abordado la pandemia desde el punto de vista de salud pública en su país? ¿Y a nivel asistencial?
En términos generales, el sistema de salud ha respondido exitosamente en el manejo de la pandemia.
La creación del Grupo Asesor Científico Honorario (GACH) de la Presidencia de la República, integrado por 55 científicos y académicos de múltiples disciplinas, permitió el acoplamiento de la salud, la ciencia, el gobierno y la sociedad.
Los científicos del Institut Pasteur de Montevideo y de la Universidad de la República comprendieron que se requeriría disponer de grandes cantidades de test para la COVID-19 y que el país no podría adquirir lo necesario en un momento de alta demanda mundial. Así, desarrollaron un kit propio que permitió que Uruguay alcanzara uno de los índices de testado más altos de Latinoamérica y que pudiera llevar adelante la estrategia Tetris (testing, tracing, isolation: testado, rastreo y aislamiento) durante el año 2020.
El Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS), con una cobertura asistencial universal, un fuerte componente de atención en el primer nivel y de atención domiciliaria, posibilitó que los pacientes positivos pudieran ser diagnosticados ambulatoriamente y monitorizados en el domicilio mediante teleasistencia y controles presenciales por el médico de primer nivel. Solamente los pacientes graves fueron derivados a emergencias e ingresados al hospital. El hecho que el pico de casos apareciera en forma diferida con respecto a otros países permitió al sistema de salud aprender de lo que estaba sucediendo en el mundo y que se pudiera ir adecuando los dispositivos de atención, la provisión de insumos –incluyendo el número de camas de medicina intensiva–, la confección de protocolos, y la formación y entrenamiento de los equipos asistenciales.
El aspecto clave en todo este proceso fue la actitud del personal de salud, de todos los niveles de atención y todas las profesiones, que respondió con compromiso, empatía, profesionalismo y trato humano en circunstancias extremadamente exigentes y desafiantes, como nunca antes se habían experimentado.
El Colegio Médico de Uruguay puso en marcha hace unos años el programa BIENPRO, inspirado en la filosofía y modo de hacer del programa PAIME español. ¿Podría resumirnos brevemente su historia?
En el 2016, el Consejo Nacional del Colegio Médico del Uruguay (CMU) decidió conformar una Comisión de Bienestar Profesional cuyo cometido, entre otros, será el de promover la salud en su globalidad, asesorando a los colegas que necesitan asistencia sobre temas como burn-out o adicciones, los cuales serán derivados a quien corresponda, manejándose todo este proceso con la máxima confidencialidad.
Se estableció una hoja de ruta que incluyó la preparación de un borrador del proyecto, su discusión con autoridades del CMU, el asesoramiento de la OMC (Serafín Romero Agüit) primero por teleconferencia y luego presencial, la presentación del proyecto en la VII Congreso PAIME en Islas Baleares en 2017, el intercambio con integrantes de la Fundación Galatea y Clínica Galatea, con la pasantía de una integrante de nuestro equipo y visitas para conocer opiniones y recibir sugerencias.
El programa se lanzó en marzo de 2018 con una guía y un manual de actuación basado en al Manual de Procedimientos del PAIME adaptado a las características del CMU.
¿Qué acciones ha puesto en marcha durante la pandemia el programa BIENPRO para atender a los médicos y las médicas de Uruguay en este contexto?
Nos preocupó especialmente la situación de aquellos médicos y médicas que habían quedado aislados por el autoconfinamiento. Temíamos que esta situación, sumado al estrés laboral, pudiera conducir a conductas suicidas. Por esto fuimos más proactivos en los seguimientos, especialmente a partir de comunicaciones confidenciales de compañeros de trabajo de los colegas en riesgo.
- Se dispuso la atención por teleasistencia para favorecer el acceso de todos los colegiados, especialmente de aquellos que viven en sitios alejados. La adhesión a las consultas por video llamadas fue muy buena por parte de los usuarios y de los técnicos.
- Se extendió la recepción de solicitudes y la respuesta a los fines de semana. Se implementó la posibilidad de apoyo psicológico breve del tipo de intervención en crisis.
- Se ofreció la posibilidad de conformar grupos de autoayuda para los médicos y médicas que estaban en cuarentena por COVID-19. La respuesta a esta propuesta fue casi nula.
- Se realizaron actividades educativas con paneles internacionales y nacionales sobre el tema del estrés, la repercusión emocional de la pandemia, el suicidio en los médicos y sobre adicciones.
- Se participó del Grupo Interinstitucional de Salud Mental que organizó el Ministerio de Salud Pública para coordinar las acciones tanto en la población general como en los trabajadores de la salud.
¿Cuáles han sido, por el momento, los principales motivos de consulta al programa durante la pandemia?
Si bien los motivos de consulta no variaron considerablemente en el último año respecto a los dos años anteriores, se ha incrementado el número de consultas por trastornos del sueño, trastornos de ansiedad y ataques de pánico.
Aunque ha sido y está siendo una época difícil para los profesionales de la salud y para la población en general, ¿qué lecciones cree que podrían extraerse de lo sucedido?
Son muchas las lecciones aprendidas en estos tiempos tan duros y exigentes.
- Se ha puesto en evidencia, para toda la sociedad y para el propio personal de salud –que muchas veces presta poca atención a sus propias necesidades y al autocuidado–, la importancia de cuidar el bienestar físico y mental de los cuidadores.
- Si bien siempre se ha insistido sobre la importancia del trabajo en equipo para el mayor beneficio del paciente y como protección para los integrantes, la experiencia de este tiempo nos enseñó que no podemos funcionar si no es en equipos colaborativos y solidarios.
- Ha quedado demostrada la influencia del contexto asistencial y del sistema de salud como modulador del bienestar del personal asistencial. Trabajar en entornos de trabajo poco saludables produce malestar en los trabajadores, promueve la aparición de trastornos mentales, genera disfunción de los equipos y redunda en fallos en la seguridad de los pacientes.
- Se ha subrayado el valor de la atención de los problemas de salud mental de la población general y del personal de salud en particular, lo que ha conducido a un reposicionamiento y reconocimiento del trabajo de los profesionales del área. En relación con la anterior se ha demostrado el valor de los primeros auxilios psicológicos para la atención en situaciones de catástrofe.
- La pandemia ha movilizado una formidable cantidad de recursos asistenciales, sociales, tecnológicos, científicos y comunitarios, y ha puesto en evidencia la capacidad de afrontamiento y la creatividad de las personas y los colectivos. Tendremos que hacer todos los esfuerzos para que estos aprendizajes no se pierdan, sino que continúen desarrollándose.
Referencias:
1. Taylor L. Uruguay is winning against covid-19. This is how. BMJ. 2020;370. doi:10.1136/BMJ.M3575
2. Taylor L. Why Uruguay Lost Control of Covid. Nature. 2021;521. https://media.nature.com/original/magazine-assets/d41586-021-01714-4/d41586-021-01714-4.pdf. Accessed July 21, 2021.
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