El Consejo de Colegios de Médicos de Cataluña (CCMC) ha publicado este año un posicionamiento sobre el juego de apuestas en línea, iniciativa que ha resultado premiada en la convocatoria de “Mejores Ideas del 2019” de Diario Médico. El documento de posición se hizo público al mismo tiempo que el informe del Consejo del Audiovisual de Cataluña (CAC) sobre la publicidad del juego y apuestas en línea, y varios medios de comunicación se hicieron eco de ambos. Se trata de una adicción comportamental (la ludopatía) que está experimentando una mutación en línea con los cambios de patrones culturales y tecnológicos.
Según dicho documento, el juego de apuestas se define como una actividad lúdica en la que el individuo arriesga dinero acerca del resultado de un acontecimiento del futuro. El juego puede hacerse presencial o bien en línea. De hecho, el fenómeno ha experimentado un crecimiento significativo en Europa en los últimos años, en gran medida por la disponibilidad de los juegos de apuestas, especialmente los vinculados al ámbito del deporte, desde dispositivos electrónicos con conexión a internet. En España, en concreto, se estima que el 0,9 % de la población cumple criterios de adicción al juego, e, incluso, un 4,4 % presenta conductas de riesgo. Entre adolescentes, en Europa la prevalencia oscila entre el 0,2 % y el 5,6 %, y España es uno de los países donde es mayor (4,6 %), y la media de edad de inicio es a los 19 años.
¿Cómo identificar el problema con las apuestas?
De acuerdo con la 5ª edición del Manual Diagnóstico de los Trastornos Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría (DSM-V), para establecer la presencia de juego patológico (o adicción al juego) se tienen que presentar, durante al menos 12 meses, cuatro o más de los siguientes criterios:
- Preocupación excesiva por el juego.
- Necesidad de apostar cantidades crecientes de dinero para conseguir la excitación deseada.
- Fracaso repetido en parar o controlar dicha conducta.
- Inquietud o irritabilidad cuando se intenta reducir o dejar el juego.
- Uso del juego como manera de escapar de los estados emocionales negativos.
- Persistencia del juego con el objetivo de recuperar el dinero perdido.
- Mentiras para ocultar la conducta de juego y los problemas asociados a la misma.
- Poner en riesgo o perder relaciones afectivas por causa del juego.
- Confianza en que otros proporcionarán los recursos económicos necesarios para salir de situaciones desesperadas a las que ha conducido dicha conducta.
Cuando se cumplen más de uno y menos de cuatro criterios se considera que hay juego problemático o, lo que es lo mismo, que el riesgo de desarrollar una adicción es alto.
La mayoría de los estudios coincide en señalar que hay un mayor riesgo entre adolescentes y jóvenes. El hecho de que se asocie a los eventos deportivos, el incremento del despliegue publicitario asociado al mismo, la vulnerabilidad neurobiológica propia de dicha franja de edad o el hecho de que se enmarque como actividad de socialización, pueden dar cuenta del incremento de la conducta entre los más jóvenes.
¿Qué hacer?
El documento de posición del CCMC aporta unas recomendaciones generales:
- Promover, de manera urgente, un marco regulatorio para la publicidad y marketing asociado al juego, tal y como se hace en el caso del alcohol o el tabaco.
- Desarrollar campañas de educación sobre los mecanismos que se emplean desde la publicidad comercial para activar el juego de apuestas y el riesgo que comportan a la hora de facilitar el desarrollo de una adicción.
- Restringir el acceso de los juegos de apuestas a menores a través de distintos mecanismos de control.
- Informar de la realidad de las probabilidades estadísticas de ganar premios, desactivando el pensamiento mágico que desarrollan los sujetos cuando se inician en el juego y que la publicidad amplifica.
Por otra parte, más allá de las intervenciones específicas de carácter más general, suele ser de utilidad promover el interés de los más jóvenes y de los adultos en actividades placenteras asociadas al contacto interpersonal cercano, fomentar el ejercicio físico y la dieta saludable, promover un descanso reparador, repartir los tiempos en diversas tareas y limitar, en la medida de lo posible, el uso diario de los dispositivos electrónicos, especialmente en las horas cercanas al descanso o cuando no sean necesarios.
La importancia de la prevención y la detección temprana de dichas conductas es tarea de todos. Si, tras leer este artículo, cree que usted o alguien de su entorno puede haber desarrollado una adicción al juego, no dude en pedir ayuda especializada.
Leave a Comment